Sola subo al pequeño pabellón
Cuando la primavera acaba.
Con mis tristes ojos miro el verde camino
Que va a la frontera.
No hay mensajes ni viajeros.
Frunciendo mis cejas vuelvo al tocador.
Sentarme a mirar las flores arruina mi vista;
Rojas lágrimas manchan mis mangas de muselina.
Nunca he cruzado mil montañas ni diez mil ríos,
¿Cómo podría, en sueños, mi espíritu encontrarle?
Cuando la primavera acaba.
Con mis tristes ojos miro el verde camino
Que va a la frontera.
No hay mensajes ni viajeros.
Frunciendo mis cejas vuelvo al tocador.
Sentarme a mirar las flores arruina mi vista;
Rojas lágrimas manchan mis mangas de muselina.
Nunca he cruzado mil montañas ni diez mil ríos,
¿Cómo podría, en sueños, mi espíritu encontrarle?